La
voz pedofilia proviene del griego páis, un sustantivo que se aplicaba
exclusivamente a los varones de entre 13 y 19 años, es decir, entre la
nubilidad -inicio de la edad reproductiva- y la adolescencia, y de filía, que
significa amistad o afecto espiritual. Así pues, los pedofilos
o paidófilos, como sugieren algunos helenistas, son aquellos que gustan
anímicamente de jóvenes masculinos.
La
imagen popular del pedófilo es la de un ser de cierta edad, con apariencia que
puede llegar a lo repulsivo y otras alteraciones en su comportamiento sexual,
tales como el voyeurismo u otras parafilias; es decir, lo que en resumen y en
lenguaje de la calle se denomina, de modo denigratorio, un "viejo
verde". Esta imagen choca con la realidad, pues las tendencias pedófilas
pueden iniciarse en un individuo a edades tempranas (Oliverio y Ferraris
señalan una edad en torno a los 15-16 años, OLIVERIO y FERRARIS: 2004,72), en
personas aparentemente normales y próximos, en la mayoría de ocasiones, a los
círculos familiares o de amistad del niño que se convertirá en su objetivo.
Por
otro lado, está comprobado que solo una minoría de los pedófilos llega a
mantener relaciones sexuales totales con niños, sin que entren en el campo de
la pederastia, y que la mayoría de ellos se conforma con actividades más
"inofensivas" como el exhibicionismo, las caricias, o a lo sumo la
masturbación. Los pedófilos que practican el sexo con los niños aducen para
ello una serie de excusas o justificaciones: entre ellas, la necesidad de
concreción de los lazos de afecto creados entre el adulto y el niño, como si se
tratase del estadio final de un "diálogo" entre seres con la misma
capacidad de interlocución, una intención "educativa.
Por
el contrario, el vocablo pederasta hace referencia a los hombres que desean
sensualmente a adolescentes masculinos, pues procede de eraõ (amar con pasión)
y páides (plural de páis).
En
su mayoría, los abusadores son varones (entre un 80 y un 95% de los casos)
heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la
sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media
de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se
producen un tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que
sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños.
Para algunos lingüistas, las personas que sienten una atracción sexual hacia los niños y niñas podrían calificarse como paidionerastas, ya que en griego niño es paidion. Los paidionófilos serían los que aman anímicamente a los niños.
http://psicologiajuridica.org/psj197.html
http://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/ique-diferencia-hay-entre-pedofilo-y-pederasta
http://proyectosobrelapederastia.blogspot.mx/2011/03/2.html
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